
El sonido es silencio desde el lugar mas profundo de mi mismo. Ahí, en donde el silencio suena con armónicos y notas puras yo me siento en casa, en profundo contacto con el lugar de donde vengo, que es innombrable y no se ubica en ninguna parte.
En el suave pasar de las cerdas de mi arco con la cuerda de mi violín, ahí, en el ahora mas absoluto, existe un lugar que me libera de la experiencia de ser yo, y me lleva a la verdad de no existir en realidad, de no ser, de no estar, de solamente observar.
Y cuando observo, cuando soy pura atención y nada mas, en esa experiencia de estar aquí mismo, mis pensamientos se transforman en música, y sus sonidos son tan hermosos, tan claros y perfectos.
Todo pierde realidad ahí, en ese espacio del no pensamiento en el que vivo cuando desaparezco, en el que habito cuando me encuentra la música saliendo de mi violín. Todo se convierte en un sueño, o mejor dicho, todo el sueño desaparece y yo despierto.
¿Pero quién soy yo, sino aquel que tiene que dormirse para despertar? ¿Aquel que tiene que soñar con una personalidad, con una profesión, con ser alguien? Yo soy el que sueña que es alguien, y soy el alguien, y soy el sueño también. Soy el despertar y el dormir, y la música sonando al mismo tiempo.
No hay silencio sin ahora. Sin ahora es todo ruido. Sin ahora no hay nada.
La música es ahora, el sonido es ahora, yo soy ahora, el despertar es ahora. El silencio es ahora.
En el sonido de mi violín, en el sonido de mi música, en el sonido encuentro el silencio que me reconforta, que me conecta con algo fundamental que me habla de trascendencia, de amor y de unidad conmigo mismo.
En el sonido encuentro el silencio. En el sonido descubro la curva de universo que comienza en mi y termina en mi, mas allá de ese “yo“ de juguete que armo para que me distingan del resto. En el sonido comienza la chispa de todo lo que nace.
En medio de las notas, donde hay una espacio invisible, igual al espacio entre las moléculas o los átomos o las células, en ese misma distancia imperceptible e inaudible, ahí mismo vive el silencio y el ahora que dan vida a todo lo que suena. En ese silencio y en ese ahora nacen la música, nazco yo y nacemos todos.
Mi hogar fue construido allí y a veces vuelvo para descansar.